En situaciones de crisis es cuando se hace más imperioso reflexionar, la inercia sin embargo nos empuja a todo lo contrario, a tomar decisiones precipitadas y a apagar fuegos, como si ya no nos pudiéramos permitir el lujo de pararnos a pensar. No nos engañemos, con prisas no es como mejor funcionamos, y si el tiempo apremia, ello no justifica el dar palos de ciego.

En periodos anteriores de bonanza, muchas empresas no necesitaban tomar buenas decisiones, porque aparentemente no las necesitaban, luego al bajar la marea, es cuando salen a la luz las ineficiencias, pero estas ya estaban, las crisis muchas veces, lo que hacen es poner las cosas en su sitio.

Los sistemas de BI son herramientas que extraen de nuestros sistemas de información todo el conocimiento implícito que contienen para transformarlo en conocimiento explícito, es decir, lo que antes estaba oculto se hace visible con una rotundidad pasmosa. No nos engañemos, las decisiones son de cada cual, pero lo que es, es.

No me voy a poner a filosofar en plan Parménides, lo que está claro es que quien quiera saber sabrá, pero quien no, seguirá cerrando los ojos a la evidencia, de ahí, que se puedan generar algunas reticencias. Los sistemas de BI no ayudan precisamente al mantenimiento de los, llamemos, reinos de Taifas, es decir, de ciertas áreas o departamentos que son totalmente opacos al resto de la organización y lo que es peor, que quieren seguir siéndolo.

Por otra parte, si lo que queremos es que estos sistemas nos sirvan de refuerzo o nos den la razón a decisiones ya tomadas de antemano, el chasco puede ser tremendo. Estos sistemas son útiles cuando se tiene una actitud abierta de antemano y unas sinceras ganas de saber realmente qué está pasando.

Ponen al descubierto todo lo bueno y lo no tan bueno: stocks ociosos, mercados donde creíamos crecer, o saber qué ventas y vendedores nos están funcionando mejor; evolución de la morosidad, evolución de la cartera, grado de éxito de las campañas de marketing, estado permanente de la situación financiera, y un largo etcétera.